1. Lee con atención los siguientes textos. A continuación, fíjate en sus rasgos e indica a qué género literario pertenece cada uno de ellos. No olvides justificar tu respuesta.
TEXTO 1
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido..., desengáñate,
nadie así te amará.
Gustavo Adolfo Bécquer
TEXTO 2
TEXTO 3
CABALLERO.-No lo pienses más, Ricardo Jordán. Tu amante te ha traicionado. Tus amigos, también. Estás al borde de la ruina. Tal vez de la cárcel. En estas condiciones, el único que puede salvarte soy yo.
(RICARDO mira, sorprendido, a su alrededor y luego al desconocido, como si tardara en darse cuenta).
RICARDO.- (Se levanta). ¿Quién es usted?
CABALLERO.-Un viejo amigo. Cuando eras niño y tenías fe, soñabas conmigo muchas noches. ¿No te acuerdas de mí?
RICARDO.-Creo que he visto esa cara alguna vez..., no sé dónde.
(La barca sin pescador, Alejandro Casona)
Sentados en círculo, el anciano y sabio indio les dijo que siempre hay una gran batalla en el interior de cada ser humano entre dos lobos: uno negro y otro blanco.
El lobo negro representa el miedo, la ira, la envidia, la avaricia, el arrepentimiento, el resentimiento, el complejo de inferioridad, la queja, la tristeza, la mentira, el falso orgullo, la superioridad y el ego.
El lobo blanco representa el amor, la serenidad, la alegría, la paz, la esperanza, la generosidad, la humildad, la verdad, la fe, la amistad y la bondad.
El anciano dirigió su mirada a los niños y les dijo que esa misma lucha entre el lobo blanco y el lobo negro ocurre de modo constante en el interior de cada hombre y de cada mujer.
Los niños se quedaron pensativos un momento hasta que uno de ellos le preguntó al anciano y sabio indio cheroqui.
– ¿Y cuál de los dos lobos vencerá?
El anciano respondió:
– Ganará el lobo al que más alimentes.
El señor Dursley era el director de una empresa llamada Grunnings, que fabricaba taladros. Era un hombre corpulento y rollizo, casi sin cuello, aunque con un bigote inmenso. La señora Dursley era delgada, rubia y tenía un cuello casi el doble de largo de lo habitual, lo que le resultaba muy útil, ya que pasaba la mayor parte del tiempo estirándolo por encima de la valla de los jardines para espiar a sus vecinos. Los Dursley tenían un hijo pequeño llamado Dudley, y para ellos no había un niño mejor que él.
Los Dursley tenían todo lo que querían, pero también tenían un secreto, y su mayor temor era que lo descubriesen: no habrían soportado que se supiera lo de los Potter.
No hay comentarios:
Publicar un comentario