Cuando
en septiembre iniciamos nuestra andadura, nada nos hacía pensar que el curso se
nos haría tan corto. Han sido muchas anécdotas las vividas junto a nuestros
alumnos, en especial, los de Literatura Universal. Se marchan, se despiden
habiendo creado unos estrechos lazos. Tal y como reza esa leyenda oriental
sobre el hilo rojo que conocimos gracias a Layla y a Islam, “las personas que
están destinadas a conocerse, están conectadas por un hilo rojo que puede tensarse,
alargarse, enredarse… pero nunca romperse”. De la misma manera, con vuestra energía, esfuerzo por superaros y, sobre todo, vuestro cariño, habéis generado un
indestructible hilo rojo que os vincula conmigo. ¡Que podáis desplegar vuestras
alas y voléis muy alto! Eternamente agradecida a estos alumnos que, como yo,
son capaces de emocionarse y vibrar con el poder de la palabra.
¡Hasta
pronto! ¡Felices vacaciones!