Escuchad con atención el siguiente vídeo , reflexionad sobre el mensaje y buscad las conexiones con el texto que vais a comentar un poquito más abajo.
Dado que el pasado viernes dos de vuestros compañeros expusieron el tema de la intolerancia sobre el que después estuvimos debatiendo, os dejo el siguiente artículo de Rosa Montero, relacionado con dicho tema. Leedlo con detenimiento ya que el próximo día 24 lo comentaremos en clase ( ya sabéis: resumen, tema, organización de ideas). Aprovecho para refrescar "vuestras resecas memorias", hay que analizar el poema Annabel Lee, de Allan Poe. Lo encontraréis en la entrada titulada "Feliz cumpleaños, Edgard Allan Poe".
Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja. De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente vuestros compañeros para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países. De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta. Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.
Dedico esta historia deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos españoles que, en el fondo, recelan de los inmigrantes y les consideran individuos inferiores. A todas esas personas que, aun bienintencionadas, les observan con condescendencia y paternalismo. Será mejor que nos libremos de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre alemana, que creía ser el colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente educado, la dejaba comer de su bandeja y tal vez pensaba: "Pero qué chiflados están los europeos".
Rosa Montero, El País, 17-05-2005
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ResponderEliminarMi opinión sobre este texto es;la chica,como todos los españoles,pensó mal,de echo yo también lo hubiera mal interpretado,pero es verdad que los españoles mal interpretamos la acciones en este caso,"de las personas de color",y eso se debe terminar,el chico africano pienso,que fue generoso y un gran gesto hacia la chica MºJOSÉ GUILLÉN CUEVAS 1ºA
ResponderEliminarEn mi opinión pienso que el chico de color por su parte a sido generoso. De la manera que yo no hubiera dejado a que alguien desconocido comiera de mi bandeja el fue generoso y dejo a la chica.Por mi parte a sido muy amable y generoso y que todos deberíamos ser así. MAISURA 1A
ResponderEliminarPor su parte a sido el chico muy generoso porque si yo estuviera en el caso del niño no hubiera permitido que el chico comiera de mi plato y yo quiero que toda la gente respete a las personas a pesar del color, defecto o cualquier cosa que poseamos porque no todos somos perfectos.
ResponderEliminarEn mi opinión no tenemos que prejuzgar a las personas simplemente por su aspecto y debemos dejar a un lado los prejuicios. Este texto es el claro ejemplo de la predisposición de muchas personas a tratar con inferioridad a los inmigrantes. También podemos observar la buena intención del inmigrante al compartir su comida con la chica alemana.
ResponderEliminarAbdelkarim Bourabaa Mohamed 1°A
En mi opinión no hay que prejuzgar a las personas simplemente por su aspecto y debemos dejar los prejuicios a un lado. Este texto es el claro ejemplo de la predisposición de muchas personas a tratar con inferioridad a los inmigrantes, también podemos ver la buena intención del chico subsahariano al compartir su comida con la chica alemana.
ResponderEliminarYo creo que la joven no reaccionaría de la misma forma si se tratara de otra persona. Es decir, ya que creía que la bandeja era suya, le dejó comer porque le dio pena.
ResponderEliminarYo creo que la joven no reaccionaría de la misma forma si se tratara de otra persona. Es decir, ya que creía que la bandeja era suya le dejó comer porque le dio pena.
ResponderEliminarYo creo que el chico es muy buena persona,yo no hubiera permitido que comiese de mi plato. Hay que dejar de ver a los inmigrantes como prrsonas inferiores
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